sábado, 27 de febrero de 2016

Todos somos Jesús - Mi pequeño homenaje a un tío muy grande

Algo ha cambiado para siempre en todos los amantes de la bicicleta esta semana en Valladolid. El suceso del pasado jueves que acabó con la vida de un ciclista y con otro grave en el hospital no puede dejar a nadie indiferente. No es la primera vez que este tipo de hechos aparece en las noticias, pero quizá hasta que no le sucede a alguien de tu entorno no te das cuenta de lo frágil que es la vida montado en una bicicleta. 

Poco después de las cuatro de la tarde leí la noticia en la versión online de El Norte de Castilla. Dos atropellados en la ronda exterior VA-30 de Valladolid, dirección Arroyo. El lugar me estremeció. Sabía que quizá podían ser ciclistas conocidos, por la hora llegando a su casa, y cabía la posibilidad. En el grupo de WhatsApp empezaron los comentarios, y poco después la confirmación. Primer palo. Los dos ciclistas estaban graves. Pero al poco tiempo se confirmó la peor de las noticias. Jesús Negro había fallecido. 


Solo puedo decir que me quedé completamente helado. Me parecía increíble. Sólo dos días antes estuve con él y mi compañero Oscar del equipo. Ellos eran grandes amigos. Se me cayó el alma a los pies. No puedo llegar a imaginar hasta qué punto afecta algo así cuando te pilla tan cerca. Solo puedo decirle que mucho ánimo, aunque eso no vaya a arreglar nada. Fue una gran salida. Lo que no sabía el martes es que siempre la recordaré. 

Amigo de miembros de mi equipo, y hasta lo poco que pude conocerle un tío muy grande. Y por supuesto, muy grande sobre la bicicleta. Porque cualquiera que haya ido a su rueda sabe de lo que hablo. Un gran ciclista, con mucha experiencia, siempre con ganas de ayudar a los que van a su lado, y yo puedo dar pruebas de ello. Con una fuerza brutal en las piernas, capaz de ponerse a 40 y pico Km/h durante muchos kilómetros con el aire en contra, sin pedir relevos, sólo él, sus piernas y su bici. "Viajeros al tren", como le gustaba decir. Este era su último tren. Murió haciendo lo que más le gustaba, montar en bicicleta. 


"No hay justicia para tanta injusticia", como se suele decir. Y nada ni nadie puede devolverle la vida. La gran manifestación ciclista en Valladolid de este sábado me hace albergar aún alguna esperanza en torno a este problema. La sociedad debe tomar conciencia de una vez de que la única regla que hará que las muertes de ciclistas acaben es una única palabra: RESPETO. Y hasta que esto no cale en la gente seguirá sucediendo. No vale con no tocar al ciclista, hay que respetar el metro y medio de seguridad. Si por mi fuera sería obligatorio adelantar completamente por el otro carril, para aumentar la seguridad en estas maniobras. Así que si vale de algo, por favor, respeta al ciclista.   

DESCANSA EN PAZ.





martes, 23 de febrero de 2016

Paramada 2016 - Welcome to the Trail

Con el buen sabor de la experiencia en Cortados de Cabezón del año pasado no podía dejar pasar la oportunidad de participar en La Paramada de este 2016. Sabiendo ya algunas cosillas más sobre este "otro deporte" que son los Trails me levanté el domingo con bastante sueño y las piernas bastante cargadas del entrenamiento de preparación para Lanzarote y aún tocaditas del duatlón del domingo anterior en Alba de Tormes.


Lo primero que hay que tener claro si quieres hacer un Trail de dificultad moderada es a necesidad de un calzado adecuado. Aquí no vale con tus playeras de correr los domingos. Las pendientes negativas de los recorridos necesitan suelas con tacos que las típicas playeras de running no tienen. Para la ocasión tenía preparado mi regalo de reyes, cortesía de Elena, unas Salomon Speedcross 3 Gecko, bastante bonitas para ser de Trail, todo hay que decirlo... No tuve ocasión de estrenarlas antes de la competición así que, aún con el riesgo de ampollas, la decisión de usarlas estaba mucho más que tomada. La primera toma de contacto fue bastante agradable, con una buena amortiguación, pero lo mejor sin duda es la confianza que vas ganando en bajadas sobre tierra según avanza la carrera.







Tras un breve calentamiento y un día de sol radiante, raro en la zona vallisoletana en la temporada invernal los días sin viento por las nieblas, me acerqué a la salida. La prueba presentaba 3 distancias, larga, corta y caminata. La primera de las salidas correspondía al Trail largo, de 21Km, en la que yo estaba inscrito. Con bastante público animando, posiblemente esperando a la salida de la distancia más corta, comenzó la prueba. Los primeros metros transcurrieron por Geria, localidad que acoge la prueba, todo asfalto y sin pendientes, hasta llegar a la primera gran cuesta de la prueba. El perfil de la carrera acumulaba 558 metros de desnivel positivo, pero ya desde el principio dejaba ver la dureza del recorrido.














Una vez superada la primera dificultad comenzó una bajada bastante técnica para inexpertos en la disciplina como yo. Básicamente los primeros kilómetros de subidas largas y bajadas técnicas me las pasé pasando gente subiendo y siendo pasado bajando. Dicho así suena un poco triste, pero hay que estar bajando por esas laderas de tierra suelta entre árboles para sentir que te falta práctica y que pese a que empiezas bastante adelante los adictos al Trail pronto te adelantan. Tras una serie de subidas llegamos a la zona alta de la prueba y más llana. Recupero posiciones y, aunque que me pesan las piernas, me siento mucho más cómodo sobre los amplios caminos. No iba a durar demasiado y pronto llegamos a una fuerte bajada y el primer avituallamiento. Un par de gajos de naranja y un par de vasos de agua y continúo. El primer tercio de la prueba concluido y las piernas me llevan ya un rato llamando al móvil.

A partir de aquí una espectacular zona de sube y baja entre árboles. Bastante desorientación entre los grupos, o quien sabe ganas de hacer trampas también podría ser, hace que tras una bajada y otra subida, aparezcan grupos por senderos a nuestra derecha. Me enfado pensando que la organización no controla este tipo de cosas pero continúo a duras penas. Mis isquios no están para muchas bromas y me paro un momento a estirar. Me alcanza un compañero de mi equipo, David Calvo, y pese a que lleva mejor ritmo que yo, limpio mi cabeza y hago el esfuerzo de seguirle, sé que voy a ir mejor acompañado. Mucho sendero y toboganes entre árboles por zonas frondosas, en lo que para mi es lo más bonito de este tipo de pruebas. Pero pronto se acaba lo bueno y aparece una nueva cuesta larga con gran pendiente. Vuelvo a caminar, y ya no sé si me da alivio o no, porque no noto que me bajen las pulsaciones.

Al llegar arriba volvemos a bajar y un par de toboganes más adelante llega una bajada brutal. Según me voy acercando voy pensando: "no puede ser por aquí". Pero sí es por aquí... Y vaya si es por aquí. Empiezo bajando poco a poco pero veo que va a ser peor el remedio que la enfermedad y decido tirarme. Las playeras de Trail cumplen con su cometido y esta bajada y la siguiente, también muy pronunciada, las bajo con seguridad. Poco a poco me voy acostumbrando al tacto que tienen y según voy arriesgando, voy soltándome un poco más, y confiando en el agarre que tienen. La prueba se va haciendo larga y las piernas no me responden demasiado. Tampoco esperaba mucho más viendo como venía de cargado las últimas semanas. Hacen lo que pueden. Y aún las queda.  Llegamos a una nueva cuesta larga y otra vez más a caminar. Arriba se ve un arco rojo y lo que supongo es el segundo avituallamiento. No voy a quejarme. Esta vez me paro del todo, como varios gajos de naranja, medio plátano y varios vasos de agua. No estamos para escatimar. Quedan aún 6 kilómetros, pero dos tercios de la prueba ya se han evaporado.

Seguimos avanzando y los kilómetros se van acabando. Pronto llega el kilómetro 19 y la sensación de alivio mental es bastante grande, tanto que hasta las piernas parecen tener algo de energía que han ocultado este último tramo. Las últimas bajadas aprovecho mucho más el agarre del calzado para poder ir a más velocidad. Pese a la dureza se disfruta del paisaje y los senderos, casi ocultos en ocasiones, inventados en otras, como en las bajadas, muchas de ellas sin trazado aparente.

Llegamos a la primera rampa pero ahora sí en sentido contrario. Me tiro bastante rápido sabiendo que la meta ya está cerca. Justo al llegar al nivel del pueblo, nos hacen pasar por debajo del puente de la carretera. Momento cómico donde los haya con mi altura y la del puente. Sin comentarios.

Paso como puedo y vuelvo a arrancar para los últimos metros. No voy a hacer un gran tiempo pero acabo con buenas sensaciones.  Puesto 144/432 y tiempo 2:06:44. No venía buscando un gran tiempo y no lo hice. Al final siempre se sufre pero esta vez puedo decir que sí disfruté sufriendo, y eso es mucho decir con los isquiotibiales al borde del reventón. Un gran día, para un gran entrenamiento de cuestas. Ese es el resumen. Las consecuencias físicas son ya otra historia.


A partir de ahora queda un "largo periodo" hasta la siguiente competición, que será ya por fin un triatlón, será un Medio Ironman, será Arenales en Elche en el mes de Abril, y será la última prueba antes del gran objetivo de la temporada en el Ironman de Lanzarote. Mucho por entrenar y cada vez menos tiempo. Eso sí, esperando que llegue ya el buen tiempo. Nos vemos por las carreteras!



martes, 16 de febrero de 2016

Duatlón Alba de Tormes 2016

El día no tenía buena pinta. Frío, lluvia y mucho viento. No tenía muchas esperanzas de que mejorara el tiempo para la carrera pero nada impidió el viaje a tierras salmantinas. El día en Valladolid no tenía mala pinta, el suelo estaba seco y no hacía demasiado frío. Sin embargo según pasaban los kilómetros por la autovía hacia Salamanca el cielo estaba cada vez más negro. Media hora antes de llegar la lluvia hizo acto de aparición y nos acopañó el resto del viaje. A las 8:30 llegamos a Alba de Tormes y la lluvia no cesaba. Al recoger el dorsal empiezan los primeros comentarios sobre si se suspenderá la prueba o si la van a recortar. "Yo para 20Km de bici no la saco del coche", sentencio.


 El viento empieza a soplar más fuerte, mientras me preparo para calentar. La lluvia parece que da un respiro aunque el cielo sigue con una pinta horrible. Después de una breve trotada y con unas cuantas pulsaciones más, monto la bicicleta y la dejo en el box. La suerte está echada. Sigo con el calentamiento mientras el inicio de la carrera se va retrasando. Lluvia ligera casi nieve y un frío que pela. Según caliento voy decidiendo quitarme capas. Fotos varias mientras esperamos.

 
Finalmente el Sprint comienza y los inscritos al Olímpico sin Drafting nos colocamos en la salida. Van a ser 10Km corriendo, 40Km en bicicleta y 5Km corriendo. Mi primer duatlón. No es el mejor día probablemente. Demasiadas cosas nuevas. Pero tengo ganas ya de poner la cabra en carrera. Dan la salida y comienzan el primer tramo a pie. Como viene siendo habitual las últimas semanas por el entrenamiento para el Ironman de Lanzarote, no tengo chispa en las piernas para aguantar ritmos altos. Mi objetivo en consecuencia es hacerlos a 4:00 de media. El recorrido son 4 vueltas a un circuito de 2.5Km junto al Tormes. La humedad en el ambiente hace que la sensación de frío sea aún mayor. Pese a no estar fresco consigo mantener un ritmo crucero decente y acabar el tramo en 39:52. Quizá sean los animos que tanto se agradecen. De momento las cosas van por el cauce esperado.


Llego a la primera transición y empiezan las globeradas. Me pongo el casco aero por primera vez. Me está bastante justo y me entra a duras penas. Me pongo la chaqueta para la bicicleta y la cremallera no sube. Parece que está estropeada y no quiere subir. Los guantes y el frío hacen que no tenga sensibilidad para poder tirar de ella sin romperla. Con el frío que hace no puedo permitirme subir a la bici sin ella. Me quito un guante y sigue sin subir. El tiempo corre. Me quito el otro guante y sigo intentándolo. Finalmente consigo cerrarla. Me quito las playeras y salgo cojo la cabra. El pasillo de boxes es un auténtico charco. Con los pies calados llego a la bandera y me subo como puedo. La transición ha durado 5 minutos y medio. Una enternidad. Me ha pasado hasta el apuntador. Tanto esfuerzo para tirarlo en zona de boxes.


Me siento confiado al coger la bicicleta y con el viento a favor empiezo a apretar acoplado. El recorrido es muy rápido. Dos vueltas de 20Km. El aslfalto sigue mojado y un par de zonas de viento lateral complican bastante el sector. Empiezo a pedalear y voy cogiendo gente. No demasiados pero algunos van cayendo. Me conformo con no salirme de la carretera. No arriesgo y sigo metiendo cadencia. Llego a meter todo el desarrollo. Empiezo a ver a los primeros triatletas en sentido contrario. Parece que van parados. El viento sopla muy fuerte. Continúo hasta llegar al punto de giro y me preparo para luchar frontalmente contra el aire. El circuito es un continuo sube y baja. Acabo metiendo todo el desarrollo, en el sentido contrario. Todo sea por mantener una cadencia alta. En contra del viento muchos van atrancados y sigo pasando gente. Se hace superduro por el frío. 

El viento es igual para todos. Al acabar la primera vuelta he recuperaro algunas posiciones pero las piernas se van resintiendo de la carrera inicial. Mi acortamiento de isquiotibiales no ayuda para nada. Es mi primer duatlón y empiezo a notarlo. Sigo pensando en mantener cadencia y el tramo a favor de aire vuelvo a ir rápido. Pero sé que aún me queda volver. La última parte paso mucho frío por el viento mientras sigo intentando mantener cadencia. Al llegar de nuevo a Alba de Tormes bajo de la bicicleta y entro en la zona de transición. La cremallera sigue sin funcionar y tras un par de intentos decido correr con la chaqueta. Me calzo las playeras y salgo hacia el tramo de carrera. La segunda transición tampoco ha sido rápida.

Llego bastante justo de piernas al tramo de 5 Km. El tramo de bicicleta en 1h29 está estropeado por los casi 8 minutos de transiciones que me he marcado. De todo se aprende y hay que seguir mejorado. Con todo esto lo que me queda por delante no me motiva demasiado. Sé que en 5Km no voy a recuperar todo lo que he perdido y las piernas no ayudan. No siento los pies y parece que tengo muñones. Me voy dejando caer. Con todo el frío que he pasado en la bicicleta no consigo entrar en calor y voy casi tiritando. Según voy recuperando la sensación de tener pies empiezo a poder correr un poco decente. Son sólo 5Km y meta. Sin la motivación por las posiciones perdidas en las transiciones el sector lo hago en 22:19, bastante lento. Como dije al principio no era el mejor día para estrenarse en duatlón. Aunque estoy decepcionado con la posición global los sectores no han sido malos. Hay que seguir entrenando para el verdadero objetivo. Una experiencia más y muchas lecciones que aprender. 

Una vez dentro del pabellón pregunto por mis compañeros de equipo. La verdad que han hecho un gran papel con varios premios por categorías. Envidia sana y motivación para seguir entrenando fuerte. Alba de Tormes solo es el inicio de la temporada 2016. Queda mucho por delante. La próxima cita programada ya es un triatlón de media distancia en Elche. Arenales es una prueba mítica del calendario nacional y la tengo ganas. Además será buena prueba a un mes del Ironman de Lanzarote.

De momento la próxima semana llega la Paramada con 20Km de Trail. La temporada pasada no pude asistir y este año toca. Este año al menos con calzado específico para evitar las caídas que tuve en Cortados de Cabezón del año pasado. Sigo diciendo que el trail es un deporte totalmente distinto a correr. Y con esa mentalidad voy. Seguro que será un buen entrenamiento. Hasta aquí la primera crónica de la temporada. Habrá muchas más. Sigo esperando que llegue el buen tiempo. Nos vemos por las carreteras!

domingo, 7 de febrero de 2016

Road to Lanzarote Semana 12 - Virus, virus y más virus

Si hay algo que es fundamental a nivel deportivo es sin duda la continuidad. Llegamos ya a la semana 12 de preparación para el Ironman de Lanzarote, y no puedo decir que estas dos últimas semanas hayan sido muy productivas. Porque pese a ponerle ganas y seguir entrenando, la fiebre, los mocos y la tos hacen que las semanas de entrenamiento se conviertan en un despropóstio. He de decir antes de empezar que quizá esta entrada sea un poco escatológica... Estáis todos avisados...

Por suerte o por desgracia, más bien por desgracia, en Valladolid el verano dura 2 meses y el invierno 10. Mentiría si dijera que este invierno está siendo especialmente frío, porque no es cierto. Pero llegado el invierno llegan las gripes, constipados, catarros, moqueras y todo un sinfín de síntomas que te hacen sentir como si fueras la mopa de limpiar el suelo. En mi caso suelo cogerme los mocos en septiembre y no soltarlos hasta mayo... No es algo que afecte en demasía a la práctica deportiva, unas flemas corriendo por aquí, un moquillo colgando en la bici por allá... Lo normal supongo cuando se realiza deporte al aire libre en las condiciones climáticas que nos brinda la zona.


Hace ya casi 15 días empecé a tener síntomas de gripe, con sensación febril y malestar corporal. Pese a intentar seguir con los entrenamientos, lo cierto es que tuve que parar de entrenar un par de días con la intención de hacer remitir por lo menos la sensación de fiebre y dolores de cabeza y cuerpo. Pero la broma solo acababa de empezar. A esta especie de gripe, y digo especie porque al no ir al médico no puedo decir que lo fuera, añadí hace 10 días una tos de pecho bastante fea. 

A diferencia del típico español, no soy muy tendente a la automedicación. Sin embargo, en esta ocasión no tuve más remedio... Paracetamol, acetilcisteína, jarabe... Gramos y gramos de droga que consiguieron quitarme los síntomas gripales, pero que no evitaron que la tos fuera a más durante estos últimos días. Finalmente el viernes me decidí a ir al médico de cabecera, porque cada vez que salgo a correr o con la bicicleta, la vuelta a la calma se traduce en una tos insoportable.

Me sorprendió que la médico me auscultara y me metiera el palo en la boca. En mis últimas visitas el protocolo había pasado a mirarte de lejos con cara de "a mi no te acerques bicho, no sea que me pegues tus virus" y recetarte antibióticos hasta que revientes por dentro. Al final el resultado fue el mismo, pero un poco de interés fingido se agradece: codeína y antibiótico para 3 días. No diré que estoy mejor pero bueno, voy tirando... 

A todo esto, y con 2 semanas entrenando lamentable, la próxima semana se presenta la primera prueba de mi calendario de 2016, el duatlón olímpico sin drafting de Alba de Tormes. La prueba son 10Km corriendo, 40Km en bicicleta sin drafting y 5Km corriendo. Va a ser mi primer duatlón y un poco prueba de contacto de la cabra en competición. No estoy disfrutando corriendo desde el cross de San Antón y no espero que me salga un tiempazo, pero habrá que aparecer por allí a darlo todo como de costumbre. Esperemos que el tiempo respete y que por lo menos no llueva.

Ya quedan menos de 4 meses para la fecha y seguimos entrenando, Lanzarote no espera. Nos vemos por las carreteras!