Con el buen sabor de la experiencia en Cortados de Cabezón del año pasado no podía dejar pasar la oportunidad de participar en La Paramada de este 2016. Sabiendo ya algunas cosillas más sobre este "otro deporte" que son los Trails me levanté el domingo con bastante sueño y las piernas bastante cargadas del entrenamiento de preparación para Lanzarote y aún tocaditas del duatlón del domingo anterior en Alba de Tormes.


Lo primero que hay que tener claro si quieres hacer un Trail de dificultad moderada es a necesidad de un calzado adecuado. Aquí no vale con tus playeras de correr los domingos. Las pendientes negativas de los recorridos necesitan suelas con tacos que las típicas playeras de running no tienen. Para la ocasión tenía preparado mi regalo de reyes, cortesía de Elena, unas Salomon Speedcross 3 Gecko, bastante bonitas para ser de Trail, todo hay que decirlo... No tuve ocasión de estrenarlas antes de la competición así que, aún con el riesgo de ampollas, la decisión de usarlas estaba mucho más que tomada. La primera toma de contacto fue bastante agradable, con una buena amortiguación, pero lo mejor sin duda es la confianza que vas ganando en bajadas sobre tierra según avanza la carrera.

Tras un breve calentamiento y un día de sol radiante, raro en la zona vallisoletana en la temporada invernal los días sin viento por las nieblas, me acerqué a la salida. La prueba presentaba 3 distancias, larga, corta y caminata. La primera de las salidas correspondía al Trail largo, de 21Km, en la que yo estaba inscrito. Con bastante público animando, posiblemente esperando a la salida de la distancia más corta, comenzó la prueba. Los primeros metros transcurrieron por Geria, localidad que acoge la prueba, todo asfalto y sin pendientes, hasta llegar a la primera gran cuesta de la prueba. El perfil de la carrera acumulaba 558 metros de desnivel positivo, pero ya desde el principio dejaba ver la dureza del recorrido.


A partir de aquí una espectacular zona de sube y baja entre árboles. Bastante desorientación entre los grupos, o quien sabe ganas de hacer trampas también podría ser, hace que tras una bajada y otra subida, aparezcan grupos por senderos a nuestra derecha. Me enfado pensando que la organización no controla este tipo de cosas pero continúo a duras penas. Mis isquios no están para muchas bromas y me paro un momento a estirar. Me alcanza un compañero de mi equipo, David Calvo, y pese a que lleva mejor ritmo que yo, limpio mi cabeza y hago el esfuerzo de seguirle, sé que voy a ir mejor acompañado. Mucho sendero y toboganes entre árboles por zonas frondosas, en lo que para mi es lo más bonito de este tipo de pruebas. Pero pronto se acaba lo bueno y aparece una nueva cuesta larga con gran pendiente. Vuelvo a caminar, y ya no sé si me da alivio o no, porque no noto que me bajen las pulsaciones.


Seguimos avanzando y los kilómetros se van acabando. Pronto llega el kilómetro 19 y la sensación de alivio mental es bastante grande, tanto que hasta las piernas parecen tener algo de energía que han ocultado este último tramo. Las últimas bajadas aprovecho mucho más el agarre del calzado para poder ir a más velocidad. Pese a la dureza se disfruta del paisaje y los senderos, casi ocultos en ocasiones, inventados en otras, como en las bajadas, muchas de ellas sin trazado aparente.
Llegamos a la primera rampa pero ahora sí en sentido contrario. Me tiro bastante rápido sabiendo que la meta ya está cerca. Justo al llegar al nivel del pueblo, nos hacen pasar por debajo del puente de la carretera. Momento cómico donde los haya con mi altura y la del puente. Sin comentarios.
Paso como puedo y vuelvo a arrancar para los últimos metros. No voy a hacer un gran tiempo pero acabo con buenas sensaciones. Puesto 144/432 y tiempo 2:06:44. No venía buscando un gran tiempo y no lo hice. Al final siempre se sufre pero esta vez puedo decir que sí disfruté sufriendo, y eso es mucho decir con los isquiotibiales al borde del reventón. Un gran día, para un gran entrenamiento de cuestas. Ese es el resumen. Las consecuencias físicas son ya otra historia.
A partir de ahora queda un "largo periodo" hasta la siguiente competición, que será ya por fin un triatlón, será un Medio Ironman, será Arenales en Elche en el mes de Abril, y será la última prueba antes del gran objetivo de la temporada en el Ironman de Lanzarote. Mucho por entrenar y cada vez menos tiempo. Eso sí, esperando que llegue ya el buen tiempo. Nos vemos por las carreteras!

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