Comenzaba el mes de Julio cuando tomé la decisión de parar, para poder recuperarme de la lesión en la inserción de los isquiotibiales que vengo sufriendo desde hace 4 años, y después de 4 meses de parón y pese a los progresos realizados, la realidad es que aún sigo sin ver luz al final del túnel. Muchos ejercicios isométricos, excéntricos y tratamiento con factores de crecimiento después, no he conseguido aún lograr el objetivo inicial que era volver a correr sin dolor.
Primeras semanas
Decidir parar en seco nunca es fácil, y más aún después de una larga pretemporada preparando el gran objetivo que fue el Ironman de Lanzarote. Pero a diferencia de la temporada 2015, donde los dolores no fueron tan fuertes, este año las molestias han sido constantes en la zona de inserción de los isquiotibiales en ambas piernas, y como añadido al dolor llegó la rigidez que me impedía tener una zancada mínimamente amplia. Tras muchos entrenamientos de carrera en los que no he disfrutado en ningún momento, y pasado el Ironman y el posterior campeonato de España de media distancia en Valencia, en los que me he visto bastante limitado a la hora de correr decidí ponerme en manos de la Cínica Plenum, y en concreto de Javi Bello.
Tras la primera sesión, no quedó lugar a la duda de que si quería volver a correr sin dolor no había otra solución que parar. Las primeras semanas fueron una sucesión de ejercicios isométricos y excéntricos sencillos para comenzar la readaptación de carrera y que los tendones tuvieran su ración de actividad, con la premisa siempre de dolor cero. Dado que la entesitis era bastante considerable, y el proceso iba a ser lento, me ofrecieron la posibilidad de acelerar la recuperación de los tendones usando los llamados factores de crecimiento.
Factores de crecimiento (Plasma rico en plaquetas)
El tratamiento mediante factores de crecimiento, sin entrar en temas demasiado técnicos, se basa en extraer sangre del paciente y centrifugarla para separar las plaquetas y el plasma sanguíneo. Una vez se obtienen el plasma rico en plaquetas (PRP) se pincha en la zona a tratar, con la finalidad de acelerar el proceso de recuperación del tejido, que en el caso de los tendones es algo complicado. El tratamiento, dependiendo del estado del tejido, puede necesitar desde 1 a 3 pinchazos. Tras el primero de ellos y tras unos días dolorido, comencé a hacer ejercicios excéntricos de mayor intensidad. A nivel molestias sin duda fue un paso adelante. Lo que más impresiona del tratamiento es sin duda el tamaño de la aguja.
Al llegar agosto y las vacaciones, y pese a intentar siempre mantener los ejercicios, lo cierto es que tuve un pequeño impás de 2 semanas. A la vuelta, ya a finales de mes, y con el segundo pinchazo de PRP, la mejora fue bastante considerable en mis molestias, empezando ya con ejercicios de elíptica y carrera en piscina.
Elíptica y carrera en piscina
Tras 2 meses sin correr, la mera idea de hacer elíptica o de correr en la piscina me hacía ilusión, pensando sobre todo en la progresión y mirando al objetivo final. Progresivamente, fuimos metiendo más minutos y más intensidad. Y la verdad que no tuve molestias de importancia, por lo que llegué a pensar en que el día que volviera a trotar, tendría al menos unos minutos de respiro.
Volver a trotar
Y la verdad que la realidad me puso de nuevo los pies en la tierra. Con un plan de trote de carrera para el primer día de 6x1minuto, con 1 minuto de descanso entre serie y serie, descubrí que seguía con molestias al correr. Lo cierto es que quizá esperaba demasiado y no puedo decir que no haya habido mejora, porque la ha habido. En Junio estaba prácticamente cojo y ahora al menos no hay rigidez y las molestias son mucho menores, aunque esperaba más.
Siguientes pasos
Llegados aquí, y tras un mes de carrera a base de pequeños intervalos de tiempo, he tenido días mejores y peores, pero no he acabado de terminar de rematar, sobre todo mi pierna izquierda. Desde el principio fue la que peor estaba de las dos, y lo sigue siendo. Empezamos con 1', luego 2', 3', 5'... Algún día ya he hecho un intervalo de 15', y un tiempo total de carrera de 30'. A mayores, durante estos días pasé por un pequeño tratamiento con ozono y la semana pasada por la osteópata de la clínica. Todo lo que pueda contribuir a conseguir correr sin dolor es bienvenido. No sabía que mi espalda podía crujir tanto. Y la verdad que la ligera mejora de la posición del cuerpo en la carrera, al menos a nivel de sensaciones durante los días siguientes, contribuyó positivamente.
Actualmente, sigo con la carrera por intervalos, con nuevos ejercicios, y a la vista una nueva visita al mundo de los crujidos de espalda, y quien sabe, quizá el tercer pinchazo de PRP. Está siendo una larga batalla por vencer a esta lesión que lleva tanto tiempo conmigo, y estoy totalmente mentalizado de hacer todo lo posible para acabar ganando y poder volver a hacer eso que tanto disfrutaba.
Nos veremos por las carreteras!
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