lunes, 4 de junio de 2018

¿Volver o no volver? Esa es la cuestión... Pequeño resumen de 2 años en blanco.

Hace ya prácticamente dos años desde que participé en mi última competición, el campeonato de España de Media Distancia en Valencia en 2016. Parece que ha pasado una eternidad. En aquel entonces, los dolores provocados por mi tendinopatía en la inserción de los isquiotibiales llevaban ya muchos meses siendo insoportables. Toda la preparación para el Ironman de Lanzarote fue un auténtico martirio por los dolores, y que hizo que tuviera auténtica angustia cada vez que me tocaba hacer lo que en principio más me gustaba hacer: correr. Pese a que llevaba años corriendo con dolor, las molestias habían llegado a un punto de dolor que para mi era un tormento. Era impensable ya, dar una zancada con normalidad, y no sabía qué podía hacer.

Parar sí, pero solo para tomar impulso
Inserción isquiotibiales
Finalmente, y tras pasar por la Clínica Plenum y bajo las pautas y consejos de Javi Bello, paré totalmente de entrenar, y empecé un tratamiento de PRP, más conocido como "Factores de crecimiento". He de decir, que estaba tan desesperado y tan convencido de que no había forma de que mi lesión mejorara tras 5 años arrastrándome, que la mejora experimentada durante el primer año me hizo ver que quizá hubiera una luz al final del túnel. Tras los pinchazos vinieron los ejercicios para trabajar la zona de inserción, glúteo, cadera... La búsqueda de la recuperación total no había hecho más que empezar.


La mejora de ese primer año, pese a no llegar a ser completa del todo, me empezó a permitir correr durante breves espacios de tiempo sin dolor. Esto puede sonar a poco, pero es que pasar de sentir dolor por el mero hecho de subir una escalera, levantar la pierna o subir una cuesta andando, a poder correr unos cuantos minutos sin dolor, es una mejora que para mi fue espectacular. Pese a que seguía con molestias en la pierna izquierda casi a diario, la pierna derecha dejó de darme guerra. Fueron unos meses en los que empecé a pensar que a medio plazo podría volver a correr sin la preocupación de estar continuamente pensando en la posición del cuerpo, el apoyo de los pies... Esto me llenó de esperanzas durante la primera parte de 2017.

Contratiempos esperados
Al llegar el final del verano, sin ningún cambio aparente, siguiendo con los ejercicios y teniendo todo el cuidado del mundo, los dolores empezaron a ir a más. Quizá porque ya estaba corriendo entre 8 y 10 kilómetros, algunos de los días incluso sin tener que parar por dolor, quizá aumentar algo los ritmos, o quizá porque seguía corriendo con una postura y pisada que me produjo la lesión y que me la estaba volviendo a producir. Esto me llevó a un pequeño parón y bajada de intensidad en los ejercicios. No podía correr el riesgo de perder toda la mejora que habíamos conseguido.

Y otros no tanto: la rotura fibrilar
A la vuelta de esta pausa, ya empezando el otoño, empezamos a introducir en la rutina, ejercicios de técnica de carrera, intentando buscar un mayor número de pasos por minuto (ppm). He de decir que mi frecuencia habitual andaba muy poco por encima de los 160 ppm cuando la ideal debería rondar los 180 ppm. Los impactos desde luego son mucho mayores, y esto es otro factor a tener en cuenta, sobre todo con mi peso actual, que desde luego dista mucho de ser el que era cinco años antes, cuando aún podía correr con intensidad. Para mi sorpresa, los ejercicios tardaron poco tiempo en hacer efecto, y empecé a correr en torno a los 167 ppm, no sin esfuerzo y mucha intención mientras corría. Esta mejora, sin embargo, trajo nuevos compañeros de viaje: los problemas musculares.

Soleo Gemelo
En octubre del pasado año, en un momento en el que todo iba hacia arriba, me hice una pequeña rotura en la zona del sóleo/gemelo. Probablemente provocada por este cambio en la técnica de carrera, por muy pequeño que fuera de momento. Y sí, la curación de las roturas musculares puede desesperar a cualquiera. Reposo total en inicio, ejercicios concéntricos y excéntricos específicos... Los días pasaban y la mejoría era muy lenta. Hasta que finalmente un día, allá por finales de noviembre, decidí volver a correr. Pese a que no he vuelto a recaer (toco madera), tuve molestias y sensación en el gemelo durante bastantes semanas.

Empezando de nuevo una vez más
Llegados de nuevo al punto donde estaba el verano anterior, y ya sin ninguna forma física, empecé de nuevo con pequeños periodos de carrera. Y aumentando de nuevo la distancia según veía si era posible correr sin molestia. Así llegó 2018. Un año de continuas subidas y bajadas (distensiones musculares incluidas), en el que a día de hoy, considero que estoy prácticamente estancado. Mientras en 2016 y 2017 la mejora fue sustancial, en 2018 la linea sigue plana. Sigo corriendo la misma distancia, muchas veces teniéndome que parar tres, cuatro y cinco veces para poder acabar 8 kilómetros, siempre acabando con cierta molestia en la pierna izquierda, pese a que nunca intento forzar y correr más rápido de lo habitual. Ahora mismo diría que me da más miedo empeorar que no acabar de recuperarme del todo. Esperanzas vuelvo a tener pocas, pese a seguir con los ejercicios para la recuperación de la lesión.

¿Volver o no volver?
Hace unas semanas, y tras aguantar durante dos años a mis compañeros de equipo hablar sobre triatlón a todas horas, competiciones, entrenamientos, y demás temas relacionados con este deporte que tanto nos gusta, empecé a pensar en hacer un par de pruebas este año y así desquitarme un poco. Al menos dejar de pensar que el tiempo pasa y yo sigo sin competir. Hacerlas sin pretensiones, por sensaciones, sin forzar y sobre todo con dolor cero. Esto último es mi única restricción. Tras mucho meditarlo, y sin que hubiera mejoras es mis molestias decidí federarme de nuevo.

Actividades 12 meses



















Y claro, cuando llevas tanto tiempo centrado solo en poder correr sin dolor, no has pensado mucho en los otros 2 deportes. Porque esto son 3 deportes! La bicicleta tiene un pase, pero nadar... no he nadado en dos años. Y tras una semana nadando pienso que tardaré mucho tiempo en poder volver a nadar decente. Tomando por decente mi nivel anterior, por lo que quizá decente sea mucho decir. Qué deporte más poco agradecido...


Una nueva etapa
Y por fin, después de tantos meses sin entradas en el blog y esta pequeña gran chapa (ha sido mucho tiempo y muchas cosas que condensar...), aquí vuelvo de nuevo. No es la vuelta soñada y puede que no sea la definitiva. Es una vuelta a medias y aunque no sé si acabaré de recuperarme del todo, me alegra poder volver a empezar. La primera prueba será el triatlón olímpico sin drafting de Villameca el 23 de Junio, con menos de 4 semanas de natación. Retos más grandes hemos tenido... No queda nada!

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