Llegado enero, el calendario sigue su curso inexorable y la preparación para el Ironman de Lanzarote no se detiene. Como parte de los entrenamientos de este mes, optamos por participar en el cross que organiza el Club Trotapinares cada año en el Pinar de Antequera. Una prueba de 10800 metros rápida y explosiva en la que se puede correr en letras mayúsculas. Mi participación en 2015 me dejó buenas sensaciones, ya que si bien llegaba con una preparación muy corta y no demasiado adecuada, conseguí completar la prueba a un ritmo medio de 3:55 minutos el kilómetro.
Este año con una preparación física con un volumen de entrenamiento mucho mayor y, por qué no decirlo, al menos subjetivamente un mejor estado de forma, el resultado no era lo más importante, aunque ciertamente deja claro que no estoy tan rápido como la temporada pasada. Después de un par de semanas de acumulación de carga, la semana de entrenamiento se presentaba algo más "ligera", si se puede hablar de ligera a un plan con unos 12000 metros de natación, 3 días de bicicleta o rodillo, circuitos de fuerza y días de carrera continua y días de series. Para culminar la semana el sábado el planning era claro, 80-90 kilómetros de bici más una pequeña transición de 5 kilómetros. Y como viene siendo habitual lo planificado fue llevado a cabo.
El sábado a mediodía, con un día soleado pero unas temperaturas muy típicas en el invierno vallisoletano salimos a hacer la sesión de bicicleta que incluyó un par de series de 12 minutos. La verdad es que la intensidad de las mismas iba a marcar en gran parte la carrera del domingo, aunque ciertamente no es excusa ninguna, puesto que el objetivo del entrenamiento es a más largo plazo. Con las piernas bastante tocadas realizamos la transición, donde ya pude comprobar que quizá al día siguiente no iba a estar demasiado fresco.

En la recta final oigo pasos de alguien por detrás y decido esprintar. Un poco de orgullo pese a no encontrarme fresco sí tengo. 500 metros a tope que me dejaron a las puertas de meta y que me dejan mejores sensaciones. Tiempo final 43:25 para los 10800 metros. Viéndolo por el lado positivo, en diciembre con un tappering bastante más cuidado, sufrí para llegar en 4:00 en un 10000, y ahora con una semana bastante cargada y cansacio acumulado, la misma media. Viéndolo por el lado negativo, sigo sin encontrarme en carrera, no voy rápido. A ritmos de 4:00 - 4:10 corro cómodo, pero sigo sin chispa para aguantar a un ritmo más alto. No todos los días se puede estar a tope y lo importante es seguir entrenando con la misma intensidad.
A nivel sensaciones, sigo pensando que el entrenamiento de series, pese a
que ayuda mucho a nivel cardiaco, te predispone mentalmente a que vas a
parar en un intervalo corto de tiempo. Creo que he perdido algo de
capacidad mental de sufrimiento. Acostumbrado a mis entrenamientos de
10-11 kilómetros a tempo, he de volver a reamueblar la cabeza para ser
capaz de sufrir al nivel que venía haciéndolo temporadas pasadas. Por
supuesto seguir por encima de 93 Kilos no ayuda mucho, y empieza a ser
urgente una bajadita de peso, sin perder musculatura claro está. El
objetivo es volver al peso de verano previo a la lesión abdominal, lo
que ayudaría bastante en la carrera
Quedan 4 meses para Lanzarote, el tiempo pasa rápido, y no hay tiempo para despistarse. Los días de frío lluvia se suceden y la preparación sigue su curso. Como suele decir mi entrenador: "Cuando te quieras dar cuenta vas a estar bajo el arco de salida del Ironman". Y no le falta razón.
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