Principios de Junio de 2018. A poco más de 20 días para la primera prueba de la temporada y tras casi 2 años sin hacerlo, me meto a nadar en la piscina. Las primeras brazadas no son nada alentadoras y los primeros días no son mucho mejores. La natación es un deporte muy poco agradecido. Quizá no debí dejarlo del todo, pero la falta de motivación ante no poder competir hizo que dejara totalmente de lado esta disciplina. Nunca fui bueno nadando, en alguna ocasión mejor que en otra, pero siempre en un nivel muy mejorable.
Tras un par de semanas nadando llego a la conclusión de que no va a ser posible ponerme a un nivel decente este año, y decido dedicar el tiempo que esté en piscina básicamente a hacer técnica. Tengo que elegir algo, y creo que puede ser la solución menos mala.
Triatlón de Villameca
Y llegó el día. Dos años después de la última competición, y sin tener todas las garantías aún sobre la lesión, ahí estaba preparado para meterme de nuevo en el agua. Pese a venir de hacer el Ironman de Lanzarote en 2016, tanto tiempo sin competir, y la escasa preparación, me tenía con los nervios a tope. En Villameca se compite sobre distancia olímpica, sin drafting, en horario de tarde. Mucho calor para competir. La natación sin neopreno. En el fondo casi mejor, pienso. Las boyas parecen estar mucho más lejos de lo que deben, pero ya no hay vuelta atrás.
Volviendo a las aguas abiertas
En la salida me veo fuerte nadando y me pongo a pies de gente de mucho más nivel. La realidad me baja al suelo rápidamente. Me ha durado la fuerza 25 metros. El agua no está demasiado frío, pero quizá la medición de la temperatura ha sido un poco alta. No recordaba lo que era recibir golpes, tragar agua, sentir agua fría, así que me acabo agobiando bastante. Intento tranquilizarme y nadar más tranquilo, pero mis brazos no dan para mucho más. Después de la primera vuelta y mentalmente muy agobiado hago lo que puedo para seguir nadando, mientras empiezo a notar molestias abdominales.
Salgo del agua en 32 minutos. Tiempo pésimo. Es lo que hay y otra cosa hubiera sido un milagro. En la transición cojo la bici y al salir del box me dan varias arcadas y estoy a punto de vomitar. No entiendo lo que me pasa, pues he comido con suficiente antelación. Quizá la pastilla de sales o isotónico que he tomado antes de la prueba. No le doy más vueltas, me monto en la bici y me pongo como puedo las zapatillas.
Circuito de Bici
Empiezo la bici bastante conservador. Creo que a día de hoy es el sector donde mejor nivel puedo dar, dentro de lo que cabe. El calor empieza a apretar y la bici va más o menos según lo previsto. Son 3 vueltas. No conozco el circuito y al llegar al final de la primera vuelta la cuesta se me atraganta bastante. Aún así sigo sin forzar, con cadencia, y empiezo la segunda vuelta. Sigo notando presión abdominal, pero sigo sin preocuparme por ello. Al final de la segunda vuelta ingiero un gel. Sé que llevo una temporada con problemas con los geles, pero esto es una competición y si no quiero tener un bajón en la carrera a pie, necesito tomarlo.
La presión abdominal comienza a ser más fuerte y ahora sí me preocupa. Sigo a buen ritmo la tercera vuelta de la bici, bebiendo bastante agua porque el calor empieza a ser asfixiante. Noto mucho la falta de preparación porque no consigo bajar de pulsaciones desde que salí agua. Sé que algo no va bien, quizá sea por el calor, por los geles, o por todo un poco. Me bajo de la bici y la dejo en la zona de transición. Algo mas de 33 Km/h de media. No ha sido una gran bici. Sigo con las pulsaciones muy altas y los brazos flojos por la natación, y me cuesta meterme las playeras. Al final lo consigo y salgo corriendo.
Sector de Carrera
A los pocos metros, primer avituallamiento. Muchísimo calor. Cojo agua y voy bebiendo. Noto mis piernas cargadas por la bici, pero para no haber hecho ni una sola transición este año no las veo mal del todo. La presión abdominal empieza a ser insoportable. Antes de llegar al primer kilómetro me tengo que parar. No aguanto el dolor. Intento volver a arrancar varias veces, pero el dolor es insoportable en cuanto me muevo. Antes de llegar al segundo kilómetro, ya sé que no voy a poder correr en condiciones. Esto va a ser un pequeño infierno. Sin embargo no pienso en retirarme, la lesión no me duele de momento, y el viaje hasta Villameca no puede acabar en retirada.
Sigo arrancando y parando. A partir del kilómetro 3 empiezo a andar. Un despropósito. Andando la presión es soportable, pero aún no puedo correr. El circuito de carrera es un continuo sube y baja. ME hubiera gustado poder correr en condiciones. Hacia el final de la primera vuelta de 5 kilómetros el dolor parece que se reduce un poco y empiezo a poder correr. Al pasar por la zona de boxes no pienso en parar, ya que de momento es soportable. Le tiro la gorra a Elena. Hace tanto calor que todo me sobra. Pero al empezar la segunda vuelta compruebo que todo era un espejismo. Los últimos kilómetros los dolores se vuelven insoportables.
Arranca, para, anda... Empieza a dejar de tener sentido seguir. Pero llegados a este punto tengo que acabar la vuelta para poder volver al coche. En la última parte recibo ánimos de mis compañeros de equipo y Alberto me acompaña a ritmo en la parte final, pese a que los dolores son ya insoportables.
Al final acabo cruzando la meta. Sufriendo lo que no pensaba que se podía sufrir en un triatlón en distancia olímpica. El tiempo es lo de menos cuando no he podido correr ni 2 kilómetros seguidos.
Al final acabo cruzando la meta. Sufriendo lo que no pensaba que se podía sufrir en un triatlón en distancia olímpica. El tiempo es lo de menos cuando no he podido correr ni 2 kilómetros seguidos.
El comienzo de un calvario
Al acabar, con las malas sensaciones por la carrera, aunque con cierta alegría contenida, por no haber tenido dolores en la inserción del isquio, comienza la peor parte de la historia. Nauseas, vómitos y una vuelta a casa desde Villameca a Valladolid parando para vomitar una y otra vez. Un auténtico poema. No se lo deseo a nadie.
Lo que no sabía en este momento, es que los problemas gastrointestinales me iban a acompañar mucho más tiempo. De hecho a día de hoy, aún no tengo la solución. El problema que inicialmente parecía ser causado por los geles, acabó incluyendo también a bebidas isotónicas, pastillas de sales, barritas energéticas... Cualquier triatleta sabe de la importancia que tiene la alimentación en competición. Y del problema que supone no poder tomar nada de esto.
Pero eso será otra historia...
Próxima entrada: Triatlón por equipos de las Moreras!
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