lunes, 8 de octubre de 2018

Temporada 2018: El curioso caso de Carlos Madejon (II) - Triatlón de Pálmaces

Hacía menos de una semana que un percance mecánico con el coche me impidió llegar al Triatlón de Riaza en una de tantas de esas cosas que me pasan... Otra anécdota más... Viajaba por las peores carreteras que he visto  en mi vida hacia Pálmaces de Jadraque, en Guadalajara. Uno de los triatlones más antiguos de España, y en el que siempre compiten muchos de los mejores triatletas españoles.

Había llegado a un punto de intolerancia tal a las bebidas isotónicas y geles, que me hacían plantearme cada cinco minutos las razones por las que estaba conduciendo durante más de 3 horas para no poder competir en condiciones, sin tomar nada. Tras muchas pruebas y ver que no asimilaba nada, desesperado, decido probar con unos caramelos energéticos. Sin demasiadas esperanzas. Al llegar al pueblo, me sorprende lo bien conservado que está. Es el típico pueblo con encanto, perdido en la geografía española. 

Triatlón de Pálmaces
Con dos zonas de transición, la primera junto al pantano, y la segunda en la plaza del pueblo, este triatlón tiene un particular encanto, aunque la situación del pueblo en la Guadalajara profunda hace que dude sobre la idoneidad de viajar desde Valladolid para competir. Elena me acompaña como siempre, soportando mis nervios de día de competición, más aún sabiendo que no voy a poder ingerir las sales y energía suficiente para la prueba.

Recojo el dorsal y preparo todo lo necesario para los dos áreas de transición. Dejo las playeras en la plaza y bajo con la bici hacia el pantano. Coincido de nuevo en este triatlón con Chema Montesinos. Hace ya bastante que no le veo, debido sobre todo a mi ausencia de estos dos años por el parón. Muy grande como siempre!

El triatlón de Pálmaces se compite sobre "distancia Pálmaces": 1800 metros de natación, 60 kilómetros de ciclismo sin drafting y 12 kilómetros de carrera a pie. No son las distancias habituales, y pòr eso digo que se compite sobre "distancia Pálmaces". Último fin de semana de julio, y el triatlón comienza  a las 4 de la tarde. Un auténtico horno que aumenta la dureza de este triatlón. En la salida nombres tan ilustres como Gustavo Rodriguez o Alejandro Santamaría, por poner algún ejemplo.

Natación

A una sola vuelta, un recorrido en forma de triángulo. De nuevo el sector de natación sin neopreno. No creo que hubiera podido meterme ni una pierna con el calor que caía el día de la prueba. Una vez en competición, empiezo nadando mejor que en Villameca, aguanto bastante bien el primer tercio hasta la primera boya. A partir de ahí aguanto bastante decente hasta la segunda. Pero el último tramo con las gafas totalmente empañadas, no veo las boyas, y decido seguir a un grupo, que resulta ser un grupo equivocado y hago bastante más metros de los 1800 que debería tener la natación. No me preocupa en exceso, dado mi nivel actual de natación. No iba a ser un gran tiempo en ningún caso. Los últimos metros aprovecho para intentar bajar pulsaciones. Pero al igual que en Villameca, sigo con el pulso altísimo.

Ciclismo
A una sola vuelta de 60 kilómetros. Cojo la bici y salgo como puedo del box, bastante agobiado por el calor y las pulsaciones muy por encima de lo normal. La primera parte del sector, hasta llegar a la carretera principal es un continuo sube y baja con cuestas que se me atragantan bastante y en las que no quiero forzar las piernas, dado que a nivel alimentación voy a tener que aguantar con plátanos y los caramelos... Para cuando llego a la carretera principal me han pasado bastantes triatletas, aunque mi preocupación está totalmente centrada en mi estomago.

Una vez con buena carretera bajo las ruedas empiezo a subir mi ritmo. Hace mucho aire y la ida va a ser prácticamente toda a favor. Dosificando voy pasando gente en continuos toboganes y me veo fuerte durante los siguientes 15 kilómetros. El recorrido se va haciendo duro sobre todo por el calor. Sin embargo, antes de llegar la punto de giro ya voy flojeando. La falta de las sales minerales unidas al calor sofocante me está ya pasando factura. Me concentro y sigo a ritmo, pero mis piernas van perdiendo fuerza.

La vuelta en contra de viento, con un desarrollo más fácil de mover, intento llevar cadencia alta. Sigo ganando alguna posición, aunque se me hace larga esta segunda parte. Voy tomando los caramelos, pero creo que no me están sentando demasiado bien. Las pulsaciones siguen altísimas, pese a que en ningún momento he intentado ir fuerte, y deberían haber bajado hace tiempo. Al llegar a la parte final, mis piernas no tienen mucho más. La falta de sales minerales empieza a hacer estragos. Bebo todo lo que puedo, pero es agua lo que llevo en los bidones.

Carrera
Dos vueltas de 6 kilómetros bordeando el pantano. Me bajo a correr, con bastante flojera y las pulsaciones por las nubes. Aún así, estoy motivado. Al fin y al cabo correr es lo que me gusta. Desde los primeros metros empiezo a tener una presión insoportable en el abdomen. Y al terminar el primer kilómetro, se le añade una presión en el pecho que no me deja respirar. Comienzo a andar. Arranca, para, anda... Este cuento ya me lo sé. Pero por mucho que lo intento no puedo volver a correr de nuevo. Muchísimo calor. Me paro del todo para intentar coger aire pero es imposible. Empiezo a tener ganas de vomitar. Todo lo peor que podía pasar había pasado.

Acabo la vuelta andando, y aún así sufriendo. Mentalmente vuelvo destrozado. "Este es el último que hago", "así no se puede competir", "vaya desastre venir aquí para retirarte". Intento volver a arrancar en muchas más ocasiones pero es imposible. Cuando llego al kilómetro 6 decido retirarme. No tiene ningún sentido seguir andando para acabar. Cada vez estoy peor del estómago.



Mi primera retirarda
Y sí. Esta es mi primera retirada. Por muy mal de la lesión que he llegado a estar siempre había acabado todas las competiciones. Pero esto ya no tenía sentido. Una vez en la plaza del pueblo empiezo a tener ganas insoportables de vomitar. Lo acabo haciendo en varias ocasiones. Acabo deshidratado y sin poder ingerir nada. Acabo pasando por la ambulancia, pensando que me pondrían una bolsa de suero, pero me pinchan Primperan y me dice que tome Aquarius. Al primer trago vuelvo a vomitar.

La vuelta hasta Valladolid sigue la misma tónica. Paradas varias para seguir vomitando. Un auténtico desastre. Tenía pensado hacer algún triatlón más esta temporada. Pero esto ya ha sido suficiente. No tiene sentido competir en triatlones de estas duraciones sin poder alimentarte como es debido. Porque a la pájara que te enganchas cada vez que compites, hay que sumarle las vomitonas continuadas.

Se cierra el chiringuito por este año. O eso pensaba en ese momento...


Próxima entrada: Triatlón Media Distancia de Medina de Rioseco!

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