Si hay un triatlón del que tenga especialmente un buen recuerdo es sin duda el Triatlón MD Desafío Cíes. Un ejemplo de organización, entorno y participación. Y la verdad, es que desde el mismo día que decidí federarme este año, siempre tuve en mente el fin de semana del 23 de septiembre en Vigo. No entraba dentro de las posibilidades debido a mis problemas de estómago con la asimilación de sales y geles, y la idea fue decayendo con el paso del verano. Sin embargo, a escasos 10 días para que se celebrara la prueba, empecé a poder tomar isotónico sin problemas. Aún de manera conservadora, llevando un bidón de agua y otro de sales, pero era un avance enorme.
Después de Fromista, y con 2 bodas de por medio, mi forma física, ya de por sí bastante limitada por la poca preparación de este año, no auguraba llegar en un gran momento. Pese a todo, confiaba en las sensaciones que he venido teniendo en bicicleta todo el año, y en las carreras a pie que he venido haciendo por el Canal del Duero, aunque no hayan tenido resultados en competición por factores alimenticios. Para acabar de asegurarme, y dado que tenía boda en Rascafría el fin de semana anterior a la competición, decidí subirme un par de puertos antes de la ceremonia, y así testar si todo estaba en regla para inscribirme en el medio ironman.
Fin de semana en Vigo
Una de los alicientes que se suman al triatlón, es pasar el fin de semana en Vigo, pudiendo visitar Las Islas Cíes, parar en las termas en Orense y disfrutar de el ambiente nocturno de la ciudad. El viaje son 4 horas, que depende de como lo veas es poco o es mucho. Tras un sábado de descanso en las Islas Cíes, recojo el dorsal y preparo todo para el día siguiente. Por primera vez este verano parece que voy a poder tomar sales durante la prueba e incluso algún gel.
La salida de la prueba es a las 8:15 de la mañana, por lo que acabo despertándome a desayunar a las 5:00, y una hora antes de la salida estoy ya metiendo la bici en la zona de transición. La mañana es fresca, pero el día pinta bien. Aunque finalmente gran parte de la prueba se hizo bajo la niebla. La natación está señalizada con LEDs a lo largo de todo el circuito, lo que mejora mucho la visibilidad a la hora de nadar. Salidas en tandas, agrupando grupos de edad. Esto nunca me ha gustado y es un cambio a peor en mi opinión.
Natación

La segunda vuelta se me hace algo más larga. Prácticamente no he nadado nada desde mitad de agosto, sumado a lo poco que he nadado este año, y los brazos me van fallando. Voy flotando como puedo hasta llegar al final de la natación. No he ido muy fuerte y me veo bien. No ha sido mi mejor natación, 35:58, pero el tiempo es decente viendo como he nadado este verano. Salgo corriendo y en la zona de transición adelanto a bastante gente. Me pongo el casco, cojo los geles y plátanos y salgo con la bicicleta.
Ciclismo

Cuatro vueltas para completar los 90 kilómetros por la carretera desde Playa de Vao hasta Nigrán. El recorrido es bastante llano y permite ir prácticamente todo el tiempo acoplado. Cojo rápido ritmo y empiezo a pasar triatletas. La gente nada muy bien, pero en bicicleta flojean un poco más. Sin pasarme de pulsaciones y con bastantes mejores sensaciones que en el medio ironman de Medina de Rioseco, voy buscando los 37 Km/h de media. Voy muy motivado por la cantidad de gente que adelanto. Es la segunda vez que hago este triatlón y ya conozco dónde hay que apretar y dónde levantar un poco el acelerador.
Las dos primeras vueltas acaban según lo previsto, 37 Km/h y muy constante. La niebla que apareció durante la primera vuelta parece no querer irse de momento. Tras un primer susto con los frenos durante la segunda vuelta, por la humedad, al llegar al punto de giro de final de vuelta, mis manos deslizan sobre el freno y las manetas se cierran del todo.
Me caigo totalmente parado. Pese a la nula velocidad el golpe es fuerte. Caigo sobre los conos del punto de giro y se parten dos de ellos. Me golpeo fuerte en la cadera y la rodilla, y los dedos me sangran por el roce contra el asfalto. Iba tan concentrado que no sé como ha podido pasar. Me duele todo, empiezo a levantarme y en lo único en lo que pienso es en la bici, no sé si estará bien para continuar. El apoyacodos derecho se ha partido. Doblo el carbono y parece estable de momento. El manillar tiene algun golpe más, pero parece que podré continuar. Pierdo un minuto y muchos de los que había pasado vuelven a estar delante de mi. Pero solo pienso en subirme de nuevo y volver a ir a tope.
Con un dolor fuerte en la rodilla empiezo de nuevo la escalada de puestos. Voy un poco contrariado con la caída, ha sido muy tonta. Vuelvo a pasar a todos. Ahora me cuesta mucho más mantener la posición. Voy muy tensionado por la caída y la rodilla me duele bastante. La cadera me molesta pero de momento es soportable. La tercera vuelta es algo más lenta por la caída, pero la media no ha bajado de 36 Km/h. Voy encendido y pese a las molestias, la cuarta vuelta vuelve a ser rápida. Acabo la bici a 36.8 Km/h en 2:23:29. A pesar de la caída, tiempo 27 del sector.
Carrera
Tres vueltas de 7 Km a lo largo de la Playa de Vao y Samil, con algunos repechos. Me bajo de la bici y dejo todo en el box. Me calzo y salgo corriendo. La rodilla me sigue molestando y la cadera me duele un poco más con el paso del tiempo. Aún así me veo ligero y los primeros kilómetros sigo pasando gente. La niebla ya no parece que vaya a levantar y la temperatura es buena para correr. A partir del cuarto kilómetro empiezo a tener algún dolor abdominal y bajo algo el ritmo. Al seguir bebiendo agua se me va pasando y consigo volver a ir más rápido. Imagino que he bebido poco líquido para el gel que he tomado hoy, en la última vuelta de bici. A partir de aquí no me la puedo jugar a tomar más. Tiene que ser suficiente con lo que he tomado.
En la segunda vuelta recobro buenas sensaciones y la primera parte sigue la misma tónica. La cadera empieza a dolerme más, pero de momento no me impide continuar. El cansancio empieza a hacerse notar. Es el primer medio ironman en el que puedo correr, prácticamente desde hace 3 años y voy muy contento pese a la caída y a los dolores. Al acabar la segunda vuelta los dolores en la cadera por el golpe ya son más fuertes y la pierna izquierda se me empieza a agarrotar. Prácticamente voy arrastrándola, y en los repechos se me hace casi imposible correr. Sé que quedan menos de 7 kilómetros, y aunque este año no he corrido más de 10 seguidos, tiro de cabeza para no parar. Al llegar al punto de giro tengo la pierna totalmente contracturada y no me permite correr. Troto como puedo y me paro a estirar un par de veces. Veo como me adelantan bastantes triatletas a los que había pasado en la parte final de la bici y corriendo. No puedo hacer más. Acabar como pueda.

Los últimos dos kilómetros los sufro bastante en los repechos, casi andando. Pero al llegar al último kilómetro me doy cuenta de que ya casi lo tengo. Vuelvo a pasar cerca de Elena, que ha estado todo el fin de semana apoyándome. Estoy muy contento, incluso contando con la caída. Pienso que el tiempo va a ser malo debido a los últimos kilómetros. Al llegar a meta 4h46. Quizá podía haber bajado las 4h40 de hace tres años sin la caída, pero sinceramente ni siquiera esperaba bajar de 5 horas.
Un gran punto final a una temporada llena de malos momentos. Al final, después de tantos sinsabores, uno se olvida de por qué le gusta hacer triatlón. Esto me da fuerzas para seguir con la recuperación de la lesión, y me abre el horizonte a poder volver en buenas condiciones en un futuro. Una vez fría la pierna me duele muchísimo y tras pasar por los fisios de la carrera, acabo en la ambulancia donde me pinchan un relajante muscular. No sé ni como he podido acabar. Pero lo he conseguido. Ahora sí que sí cierro por esta temporada.
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