martes, 9 de octubre de 2018

Temporada 2018: El curioso caso de Carlos Madejon (III) - Triatlón MD de Medina de Rioseco

Tenía muy claro después de Pálmaces que no iba a competir en más triatlones esta temporada. Y pese a que estaba inscrito en uno más, no tenía intención ninguna de ir. Tras unos días de "descanso" en Ibiza, y con la cabeza más aireada, hice un par de intentos de transición para ver si al menos la presión abdominal y en el pecho que tuve en Pálmaces no se repetía. No saqué conclusiones claras.


Debe ser en parte exceso de gusto por el deporte y competir, y parte problema mental, que los recuerdos de los malos momentos se van suavizando y lo que un día era negro, días después vuelve a ser gris. Y tener delante la posibilidad de competir de nuevo en un medio Ironman, 2 años después, con la inscripción ya pagada. Sabía que no era buena idea, así que pensé en tomármelo como un entrenamiento. Sabiendo que acabaría retirándome en la carrera a pie. Y finalmente decidí presentarme el día de la competición.


Medio Ironman de Medida de Rioseco
Vueta a uno de los triatlones que mejor sabor de boca me han dejado. Cerca de casa y con un recorrido que me gusta bastante, tanto por una bici bastante rápida como la carrera en el entorno del Canal de Castilla. Pese a que inicialmente no parecía ser un día caluroso, la realidad iba a ser bien distinta. Malo para no tomar sales. Decidí competir solo a base de barritas de cereales y plátanaos, y una pastilla de sales que llevaba por si acaso. Normalmente hay una participación bastante alta de gente de mi equipo en esta prueba, y eso hace que la previa de la carrera sea más agradable. Una vez recogido el dorsal y montada toda la parafernalia, entro con la bici a la zona de transición. Dejo todo preparado y me enfundo el neopreno. Primera natación de la temporada con él. Al menos no nos hundiremos... No me gusta la poca movilidad de hombros y brazos que te deja el neopreno puesto, pero me motivo pensando en que será menos esfuerzo el sector de natación.

Natación por el canal de Castilla
Es la tercera vez que nado aquí, y ya tengo mis manías sobre donde colocarme para empezar. Evito bastantes golpes en la salida y intento ir a ritmo sin forzar. Todo ahorro será bienvenido después. Son 1900 metros de natación en dos vueltas. La primera vuelta es corta y hay golpes en las boyas. Espero que la segunda se pueda nadar sin complicaciones. Sin embargo una vez en la segunda, el canal se estrecha mucho, y continuamente me encuentro cerrado intentando pasar gente. Quizá debí salir más fuerte.


Al acabar la natación salgo como puedo por la escalera y empiezo a quitarme el neopreno. La transición es larga hasta la zona del box, y corro concentrado evitando pensar en el mareo post-natación habitual. Al llegar a la zona de transición, me acabo de quitar el neopreno y me como un plátano. Ni me apetece, pero es lo que hay. Cojo la bici y salgo del box con bastantes ganas.

Ciclismo en la meseta castellana




Tres vueltas a un recorrido prácticamente llano, con alguna cuestecilla, para completar los 90 kilómetros de bicicleta. Salgo manteniendo cadencia alta y sin forzar y recobrando respiración y pulsaciones. Por primera vez esta temporada bajo de 170 en competición y me encuentro con fuerza en las piernas. Cojo velocidad, intentando mantenerme en un ritmo constante para las 3 vueltas. Voy pasando bastante gente y me voy motivando. Tengo que controlarme para no pasarme de revoluciones en bastantes ocasiones. Llevo buena media y empiezo a ingerir las barritas de cereales. Se comen bastante mal, pero es lo que hay. No asimilo nada más. Al llegar al primer punto de giro, sigo con mucha fuerza y pasando gente. 

Con 200 personas en el medio ironman, el sector se puede hacer tranquilo, sin pensar en el drafting, hay espacio para todos y para pasar bien. El paisaje puramente castellano acompaña. Poco viento de momento. Acabo la primera vuelta a 36 Km/h de media. Dentro de lo esperado. Cojo agua en el avituallamiento. Y me como medio platano más. La segunda vuelta sigue parecida. Buen ritmo, sigo pasando gente. Me veo con fuerzas aún. Se empieza a levantar algo de brisa a la vuelta, pero mantengo la calma y acabo la segunda vuelta también a 36 Km/h de media. Me cuesta un mundo comerme las barritas, pero lo intento.

Al comenzar la tercera vuelta sigo con buenas sensaciones, pero llegados a este punto, tengo que jugármela y tomar la pastilla de sales que llevo guardada. Sé que si no lo hago, en breve bajaré bastante el ritmo. Siendo sinceros, esto es como poner una tirita en una herida de bala. Pero dados mis problemas estomacales lo he ido posponiendo. Nada más tomármela noto un volcán en el estómago. Sé que no me ha sentado bien. De momento no tengo molestias, pero no ha sido buena idea. Acabo la ida con algo menos de fuerza y la vuelta empiezo a notarme algo más flojo. Quizá también influya el aire que se empieza a levantar. Sigo sin forzar y acabo los 90 kilómetros a más de 35 Km/h de media. Dentro de lo esperado.




Sangre, sudor y lágrimas
Me bajo para otra larga transición, me calzo las zapatillas y salgo corriendo. Me noto las piernas muy pesadas, pero es lo que hay con el año que llevo. Pese a que las pulsaciones ahora sí son altísimas para el ritmo que consigo mantener, no tengo dolores abdominales, por lo que me impongo el objetivo de llegar al kilómetro 10. Son 4 vueltas, por lo que al menos tengo que acabar 2. Trote cochinero. La primera vuelta la acabo trotando y gracias. La segunda empiezo a andar a ratos. Llegados a la mitad del sector empiezo a tener dolores abdominales. Cada kilómetro que pasaba sin ellos era una sorpresa. A partir de aquí empieza un martirio. Empiezo a andar y a intentar seguir trotando. Acabo la tercera vuelta ya totalmente andando. Cada vez que intento trotar tengo ganas de vomitar. Pero llevo 15 kilómetros encima y no me voy a retirar ahora.

El agua de los avituallamientos sabe como si lo hubieran sacado del propio Canal. Creo que fue uno de los puntos determinantes en que acabara vomitando. Chema me consigue una botella de agua. Menos mal. Un pequeño respiro. Me acompaña andando un trozo de la carrera. Llegados a este punto, no sabría decir por qué, pero decido acabar. Cada kilómetro se hace eterno y es un dolor el mero hecho de andar. Hace bastante calor ya y cada vez estoy peor de molestias. La cabeza ya no sabe en qué mas pensar. Desde luego te viene de todo, menos estar concentrado en la prueba. Hace mucho que pienso en otra cosa. Al final llego a meta. En gran parte por los ánimos de los amigos y asistentes. Al acabar, vuelvo a las vomitonas. Otro día negro para esta temporada.

Después de competir en Medina de Rioseco, sin tener que haberlo hecho, tenía muy claro que primero debía solucionar el problema de estómago. El triatlón, sobre todo a partir de media distancia, es un deporte donde lo principal es la alimentación. Si no asimilas lo que ingieres, da igual si has entrenado mucho o poco. Así, mis opciones se reducen, por lo tanto, a triatlones en distancia Sprint, o si me apuras a algún olímpico...

Próxima entrada: Triatlón de Fromista!

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